Correr con la cabeza – By pepe

En este articulo, Pepe uno de nuestros corredores Vert. Nos comparte su viaje a como ha llegado a correr sus primeros ultras. 

Siempre me he caracterizado por tener una personalidad obsesiva con las cosas. Cuando algo me mueve desde adentro, tiendo a someterme a un rigor y disciplina fuera de lo que me demanda la vida cotidiana, para alcanzar mis objetivos.

Por cómo se me fueron dando las cosas, se me fue haciendo difícil mantener mi cercanía a los deportes de mar y empecé a correr. Nada serio, solo un par de veces a la semana. Sin saber mucho sobre el mundo del running. Lo que me empezó a dar satisfacciones que no podía poner sobre una balanza realmente.
 
Por mi suegro conocí los triatlones y empecé a entrenar para eso. Corrí mi primer IM 70.3 y encontré algo que me producía un placer enorme; hacer esto que me tomaba mucho tiempo a través de persistir mental y físicamente todo tipo de dificultades que se me presentaban, el cuerpo y la cabeza eran capaces de prevalecer –a veces más la cabeza que el cuerpo incluso-
 
Un mundo aparte el de las triatlones, mucho discurso, muchos gadgets y algo de superficialidad le ganaban a la parte importante de esto: el endurance.
 
Un par de maratones y otro IM 70.3 más tarde, me llevaron a conocer otros desafíos. El tema de la ultra distancia era algo que me interesaba mucho, pero no tenía idea de cómo se entrenaban…además nunca había subido un cerro.
Me reencontré con Max –ex compañero del colegio- y en un paseo al Co. Carbón me contó de vert.run y un par de semanas más tarde estábamos planeando carreras nuevas, esta vez sólo con zapatillas de trail. El objetivo fue correr mi primer Ultra.
 
Fue así que mediante una planificación acorde a mis experiencias y capacidades, fuimos entrenando y corriendo carreras cada vez más largas; con la meta de poder terminar entero los 62k* del Futangue Challenge.
 
Día previo: Charla técnica y a preparar el material. La citación era a las 3:30 AM a la entrada del parque para subirnos a la Laguna Pichi en unos buses, para finalmente largar a las 5 AM.
 
 Race Day: Después de dormir poco y nada por quizás los nervios y que no se me olvidara ningún detalle de qué llevar en cuanto a nutrición, ropa, etc. Partimos al parque con el partner –también corredor vert.run, Cristián y  ya estaba todo listo para correr.  El plan era no volverse loco 
 
mi principal problema en las experiencias previas que había hecho) y dosificar a un ritmo que me permitiese llegar al final con piernas para poder apretar donde realmente importaba.
 
Difícil tarea cuando te pasan literalmente TODOS los competidores. Duro para el ego. Pero finalmente valió la pena; mientras amanecía iba recogiendo corredores que habían partido a un ritmo más rápido y habían tratado de tomar ventaja temprano, para luego reventar en la primera subida a “Altas Cumbres” y más aún en la última en del ”Co. Mayo”. Fue alucinante ver cómo este ritmo me permitió llegar al km 49 y sentirme muy fresco. La bajada fue una locura entre ver qué podía hacer el cuerpo a esa altura y terminar en un sprint digno de una carrera de 10k… meta y directo a la hidratación: la merecida birra!
 
Es increíble lo que puede hacer una buena preparación, en todos los sentidos; lo nutricional, lo físico y lo mental. Nunca pensé que podría terminar tan fresco los 62k que significó este desafío…todo gracias a vert.run y por supuesto, la disciplina y el rigor.
 
Y ahora qué? Los 80k?
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