Para muchos las carreras son la motivación absoluta, marcan la culminación de un proceso y son las grandes puestas a prueba para todo el entrenamiento y esfuerzo invertido, entonces estas deben ser proporcional a este esfuerzo previo, no? Correr distancias Ultras suena extraordinario, impresiona a todo aquel que lo escucha y no entiende mucho del asunto, pero luego de correr un par de carrera sobre los 50 kms, estas dejan de parecer un verdadero desafío. Si hay un cartel con una distancia máxima de 160 kms, los 80kms que vienen en segundo lugar, pasan a ser un chiste. Es normal perder el respeto a una distancia Ultra cuando hay otras que las doblan, pero no sé qué tan conveniente sea perder la noción de la realidad y dejarse llevar por el sensacionalismo que implica correr la distancia más larga de una determinada carrera.

Creo que es necesario mantener los pies en la tierra y ser honestos con nuestra preparación y con nuestro cuerpo. Todos buscamos el desafío, todos buscamos hacer algo épico, pero es un proceso poder llegar a cumplirlos y eso es lo interesante. Conformarse con terminar una prueba de larga distancia -aunque sea arrastrándose- esta bien, es un gran desafío y requiere mucho esfuerzo, pero cuando esto se vuelve el objetivo en cada carrera en la que participas, me parece que pasa a ser un poco insano y banal.